lunes, 5 de abril de 2010

El agua, recurso vital

La necesidad del agua es tan básica como vital. Tanto que se trata de un insumo de los más importantes para el desarrollo humano. A su vez, es un recurso renovable pero limitado que, sumado al crecimiento experimentado por la población mundial, adquiere un valor social y económico de gran trascendencia, ya sea para la actual como para las futuras generaciones.

Del total del agua que existe sobre la Tierra, sólo un 3,5 por ciento es dulce. Es decir, que mediante un proceso de purificación podrá ser transformada en agua potable, para el consumo sano del hombre. Sin embargo, apenas una décima parte del agua dulce está destinada al consumo doméstico, mientras que el 70 por ciento se destina a la agricultura y el resto, a actividades industriales.
Pese a que es incierta la cantidad exacta de agua que un individuo precisa consumir para hidratarse dentro de los valores esperados, hay expertos que recomiendan un volumen equivalente a dos litros diarios. En cambio, referencias más recientes estiman conveniente 2,7 litros en el caso de las mujeres y 3,7 en los hombres, que incluye el consumo de agua por medio de los alimentos.
Por su parte, el incremento demográfico experimentado en las últimas décadas es un factor cuya incidencia directa sobre la disponibilidad del agua no debe ser soslayada. Entre los años 1950 y 2008 la población pasó de 2.630 millones a 6.671, es decir, que la cantidad de habitantes es hoy algo más de 2,5 veces que hace 60 años.
Con motivo de la celebración de la Conferencia de la ONU para el Medio Ambiente y el Desarrollo, realizado en 1992 en la ciudad de Mar del Plata, la Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió adoptar, a partir de 1993, al 22 de marzo como fecha recordatoria del Día Mundial del Agua. Su finalidad apunta a una mejor comprensión de cómo el buen uso de los recursos hídricos contribuyen a la productividad económica y al bienestar social.

Mauro Maciel

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